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Femcel movies: ¿La nueva joya del cine contemporáneo?

El origen

 

En 1997, con la reciente aparición de portales web donde las personas comenzaban a interactuar en dinámicas similares a las redes sociales que conocemos hoy, una mujer identificada con el seudónimo de Alana fundó un blog en internet llamado “Proyecto de Celibato Involuntario”. Este era un espacio “amigable” que ella creó para que personas, sin importar su género, compartieran experiencias y relatos sobre la soledad, el desamor y, en general, la desilusión ante el romanticismo. A medida que crecía la popularidad de su página, Alana bautizó este espacio como “INCEL”, una abreviación de involuntarily celibate. En el año 2000, Alana se alejó de la comunidad que había creado, satisfecha con los resultados e ignorando (inconscientemente) el creciente odio pasivo-agresivo que empezaba a surgir, especialmente de parte de hombres hacia las mujeres.

 

No obstante, quince años después, Alana leyó una noticia impactante en una biblioteca. Elliot Rodger, un joven de 22 años, había asesinado a seis personas en un tiroteo en Isla Vista, California. Tras el ataque, Rodger se quitó la vida disparándose en la cabeza. ¿Qué tenía que ver este acto de violencia con Alana? Antes de cometer el crimen, Rodger redactó un manifiesto de 141 páginas donde expresaba un profundo odio hacia las mujeres, a quienes culpaba de su virginidad y su frustración personal. La reacción de ciertos sectores del público fue inesperada: una gran comunidad en internet comenzó a considerarlo un “héroe”. La comunidad "incel", propagada en redes sociales de ultraderecha como Reddit y 4Chan, adoptó su figura. En 2018, un hombre llamado Alek Minassian publicó en Facebook: “La rebelión incel ya ha comenzado… ¡saluden todos al Caballero Supremo Elliot Rodger!”. Poco después, Minassian atropelló deliberadamente a un grupo de peatones en Toronto, Canadá, matando a diez personas y dejando a quince heridas. Este episodio reflejaba, una vez más, el mismo patrón de odio, culminando nuevamente en un acto de suicidio.

 

El concepto de "incel" ha sido resignificado. Aunque nació como un espacio inclusivo para personas de distintos géneros, hoy en día hombres con mayor resentimiento social —en muchos casos debido a no cumplir con estándares hegemónicos de belleza y a experiencias desalentadoras en el amor— han cooptado y apropiado el fenómeno. En estos espacios ya no solo comparten experiencias de manera "sana", sino que expresan odio hacia personas feminizadas, el feminismo, y aquellos con vidas sexualmente activas. Algunas corrientes más extremistas incluso defienden la agresión sexual y el feminicidio. Según The New York Times (2017), estos foros han llegado a tener más de 40,000 usuarios registrados y activos. Lo que comenzó como un proyecto inocente hoy es una amenaza latente, una comunidad que se asemeja más a una secta con principios terroristas, algo que Alana jamás imaginó. Ella afirma que ha intentado manejar la culpa que siente al ver en lo que se ha convertido su idea original.

 

Foto tomada de: BBC News Mundo.

 

La contra respuesta

 

Tras el auge de los incels y de otras corrientes misóginas a fines, en la última década nació la tendencia de las femcels, abreviación de females (mujeres) e involuntary celibates (celibato involuntario). Estas son mujeres que se identifican con la situación de tener dificultades para establecer relaciones románticas o sexuales, no por decisión propia, sino por razones externas, como inseguridades personales, traumas o percepciones de rechazo social. Pese a que esta comunidad nació como una respuesta reactiva hacia los incels, ha forjado su propia identidad, ya que, más allá de odiar a los hombres, se desvinculan de ellos debido a la hipersexualización que enfrentan. Según el diario The Clinic (2024), las femcels son mujeres “que practican y promueven la castidad como una opción. Si bien pueden acceder al sexo, voluntariamente han decidido renunciar a él”. Es importante resaltar que esta comunidad también representa un hartazgo generalizado sobre las normas sociales de la belleza, la valoración de la mujer según su apariencia física, el machismo y la desestimación de la intimidad sexual.

 

Las femcels son generalmente mucho menos violentas y/o agresivas que otras corrientes, ya que concentran su energía en el apoyo mutuo entre ellas, lo que las aleja de la misandria. Actrices como Julia Fox y Drew Barrymore han sido asociadas con este movimiento, y cada vez más mujeres en todo el mundo se están sumando a él. Muchas de ellas afirman que esta decisión ha sido una de las mejores de sus vidas, ya que les ha permitido reconectarse consigo mismas y experimentar mejoras en su salud física, mental y espiritual. Plataformas como TikTok e Instagram han sido clave para dar visibilidad y atraer a más adeptas. A través de estas redes sociales, las mujeres comparten sus experiencias, reflexiones y el apoyo que encuentran en esta comunidad, lo que les permite sentirse menos solas en su situación.

 


Foto tomada de: usuaria Canelasinfiltro en TikTok.    

                                                          

El giro

 

Resulta difícil dimensionar algún aspecto positivo que la marea incel haya dejado en la sociedad. Sin embargo, la cultura femcel ha traspasado barreras artísticas y se ha posicionado como un fenómeno emergente en el séptimo arte. En los últimos dos años, un notable número de producciones de largometrajes y cortometrajes ha dado vida a personajes femeninos icónicos con historias impactantes. En estas películas, se reflejan a través de la ficción aristas como el desamor, la soledad y la frustración, pero desde un enfoque introspectivo con tonos psicológicos y dramáticos. Estas historias no suelen centrarse en la venganza o la agresión hacia los hombres; en cambio, abordan un proceso de autodescubrimiento y búsqueda de validación personal, que a menudo desafía los ideales románticos tradicionales. En lugar de encontrar el “amor verdadero” o una “redención” externa, las protagonistas femcel suelen descubrir formas alternativas de aceptación a través de la amistad, la autosuficiencia o una resignificación de sus necesidades emocionales.

 

Lo que resulta posiblemente más interesante de estas producciones son las formas intensas y casi hipnóticas en las que estas ideas cobran vida en pantalla. En absoluto se tratan de cintas convencionales ni cómodas; por lo general, son obras respaldadas por distribuidoras independientes y de culto, muchas veces con presupuestos modestos y con grandes soundtracks que complementan perfectamente la atmósfera y las emociones. Estas historias se sumergen en temáticas como el gore, el terror, el horror corporal (body horror), el thriller psicológico, el porno, la ciencia ficción y el subgénero slasher, explorando los límites de la experiencia humana de maneras crudas y perturbadoras. Claramente, estas obras funcionan como sátiras directas al constructo tradicional de la feminidad (delicadeza, sutileza, compostura, etc.) e incluso se apropian de características que, en muchas sociedades, se consideran reprochables en las mujeres (independencia, racionalidad, inteligencia, carácter, etc.). A través de medios extremos, representan la saturación de este sistema de normas y valores.

 

Estos proyectos suelen ser controversiales y divisivos, pero han recibido una buena acogida por parte de la crítica. Además, han tenido un impacto importante, obteniendo nominaciones y premios en diversos eventos de cine internacional. Algunas de las películas más destacadas y mediáticas en la actualidad son Pearl (2023), que narra la historia de una joven que anhela escapar de su vida monótona y, en su búsqueda de fama y aceptación, se enfrenta a su propia violencia interna; Midsommar (2019), donde Dani, tras una tragedia personal, se adentra en una cultura pagana que la lleva a cuestionar su relación y su identidad, explorando el dolor y la búsqueda de conexión; Lady Bird (2017), que sigue a Christine, una adolescente que lucha por su independencia y busca su lugar en el mundo, enfrentándose a las expectativas familiares y sociales; Swallow (2020), que cuenta la historia de Hunter, una mujer que comienza a ingerir objetos peligrosos como forma de recuperar el control sobre su vida, reflejando la lucha por la autonomía en un entorno restrictivo; Gambito de dama (2020), que presenta a Beth Harmon, una joven prodigio del ajedrez que desafía el machismo en su camino hacia la grandeza, mientras lidia con sus propios demonios; y Barbie (2023), que ofrece una crítica a los estándares de género, mostrando a Barbie embarcarse en un viaje de autodescubrimiento que redefine su identidad más allá de los estereotipos. Estas películas resaltan la lucha interna de sus personajes por la autonomía y la autovaloración en contextos que a menudo los desestiman. Sin embargo, estas no son las únicas, ya que hay muchas más obras que exploran temas similares y enriquecen el cine femcel.

 

Foto tomada de: Em Pauta

 

No hay que dejar de lado grandes clásicos como Gone Girl (2014), Inocencia interrumpida (1999), Kill Bill (2003-2004), La huérfana (2009), Black Swan (2010), Carrie (1976), El profesional (también conocido como Léon, 1994), Requiem for a Dream (2000), Chicas pesadas (2004) y El silencio de los inocentes (1991), entre otros. Ahora bien, sería un desperdicio no subrayar en este artículo la importancia del gran acontecimiento del momento: La Sustancia (2024). Esta película, dirigida por Coraline Fargaet, ofrece una crítica contundente a los estereotipos de belleza, la cosificación de los cuerpos femeninos y la satanización del envejecimiento (edadismo). Aunque se centra en la industria de Hollywood, es una representación palpable de la vida real. Protagonizada por Demi Moore como Elizabeth, la trama sigue a una actriz que, a medida que envejece, lucha por mantener su relevancia como conductora fitness. Al descubrir un producto en la dark web que promete devolverle la juventud, Elizabeth se embarca en una transformación que la lleva a adoptar un alter ego: una versión idealizada de sí misma llamada "Sue" (Margaret Qualley). Sin embargo, esta sustancia tiene consecuencias inesperadas. A medida que Elizabeth se sumerge más en su nueva identidad, comienza a desdibujar las líneas entre su vida real y la fantasía. Tanto Sue como Elizabeth comienzan a enfrentarse y a odiarse entre sí. Además, empiezan a incumplir las reglas para “ser una sola”. Las consecuencias de este duelo son atroces, ya que Elizabeth se transforma en una figura amorfa que finalmente termina fusionándose con Sue, dando origen a “Elizasue”.

Sangre, vísceras, suturas, peleas sangrientas, fluidos corporales repugnantes, sonidos inquietantemente sobreestimulantes y representaciones gráficas surrealistas en escenarios disruptivos donde el cuerpo humano generalmente no se encontraría, son solo algunas de las características que hacen del filme una experiencia tan aturdidora. Es verdaderamente agonizante verlo, especialmente en pantalla grande; puedes sentir cómo la ansiedad corroe tus pensamientos y tu cuerpo reacciona a lo que estás presenciando. Esta metodología es, en esencia, lo que representa algunas propiedades del cine femcel: personajes femeninos que enfrentan situaciones hiper complejas, a menudo en conflicto con hombres cisgénero blancos que actúan como sus verdugos. Estas mujeres están hartas de la presión social cotidiana y, como resultado, responden con reacciones violentas ante estas circunstancias.

 

Foto tomada de: Leati en Pinterest.

 

Es posible que muchas de estas apuestas cinematográficas no se lancen directamente con la intención de encajar en la categoría de cine femcel; sin embargo, la diversidad de temáticas y matices abordados en este nuevo género incluye cada vez más elementos de dicha categoría. En definitiva, el éxito de estas obras no solo se debe a la delicadeza en su dirección, protagonismo y guion, sino también a sus historias cautivadoras y al desarrollo de personajes femeninos complejos. En una industria mayoritariamente dominada por hombres, este género reivindica los patrones establecidos, posicionando personajes para la posteridad e interviniendo en temas de feminismo y empoderamiento de formas que se distancian del arquetipo de la princesa típica de Disney. El impacto en la cultura pop es evidente, posicionándose como una de las mayores tendencias en redes sociales, inspirando disfraces populares durante Halloween, referencias en memes virales y líneas de maquillaje que buscan replicar el estilo de sus personajes. También ha influido en la moda, con prendas y accesorios que evocan la estética oscura y provocadora de estos filmes, y se han convertido en referentes para ilustraciones y fan art. ¡En efecto, es cine!.

 

Referencias:

 

Carolina Afrofem. (2023, octubre 20). Concepto del día, las femcels [Video]. TikTok.


Pagina12. (2024, abril 26). EL FENÓMENO DE LAS FEMCELS. [Publicación de Instagram]. Instagram.


Mujeres, J. (2023, agosto 23). Femcel o celibato femenino: la tendencia de las mujeres que redefinen su intimidad. Woman Times.


Taylor J. (2018, agosto 31). Los remordimientos de la mujer que fundó Incel de “célibes involuntarios”, vinculado a la muerte de varias personas en Canadá y EEUU. BBC News Mundo.


BBC News Mundo. (2018, abril 25). Célibes involuntarios: la oscura comunidad misógina a la que pertenecía Alek Minassian, el hombre acusado del atropello masivo en Toronto. BBC.


The Clinic. (2024, agosto 7). Las “femcels”: mujeres que optaron por el celibate y llevan muchos más años cómodas. THE CLINIC TENDENCIAS.


iwannabealisbonsister. (2023). Femcel movies + some of my favs. IMDb.


katejeffrie. (n.d.). Femcel films. Letterboxd.


Didyme-Dome, A. (2024). Crítica: La sustancia (The Susbtance). RollingStone en Español.


Meotti, B. (2021, diciembre 23). Representações da webcultura femcel no cinema e na música. Universidade Federal de Pelotas.


Hauser, C. (2017, noviembre 9). Reddit Bans ‘Incel’ Group for Inciting Violence Against Women. The New York Times.

 

 

1 Comment


Guest
Oct 30, 2024

Excelente informe entrenido y te mantiene cautiva hasta el final, se nota la investigación respecto a un tema que no es conocido por muchos y que amplía los horizontes de aquellas mujeres que sin saberlo somos poténciales femcels….

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